Sobre la corrupción del dirigente…
Freud escribe en tótem y tabú sobre las relaciones de los pueblos con las figuras de poder en civilizaciones primitivas…
“Estos pueblos creen necesario vigilar a sus reyes para que empleen convenientemente sus fuerzas, porque no están nada seguros de sus buenas intenciones ni de su lealtad. No vive en ellas el monarca sino para sus súbditos; su vida no tiene valor más que mientras cumple las obligaciones de su cargo y regula el curso de… su naturaleza para el bien de su pueblo. A partir del momento en el que descuida o cesa de cumplir tales obligaciones, se transforma en odio y desprecio la atención, la fidelidad y la veneración religiosa de que gozaba, siendo expulsado vergonzosamente y pudiendo estimarse dichoso cuando consigue salvar su vida.
Su rey es su dios —piensan—, debe mostrarse también su protector, y desde el momento en que no quiere protegerlos, debe ceder su puesto a otro más inclinado a hacerlo«
Pasaje de: Freud, Sigmund. “Tótem y tabú.” iBooks.
Vivimos tiempos donde es difícil creer en la ley y en la justicia porque aquellos que encarnaron su portavocía abusaron de la confianza que el pueblo les dio. Amos de una ley que hicieron puta no se dan cuenta de la herida que dejan para todos… No es solo lo robado… es una herida de muerte que dejan a sus hijos, a los nuestros. La herida del descreimiento… Como decía la canción… «Y otra herida en el corazón… Que fue la que le mato…»… Porque ya sabemos que al corazón traicionado le cuesta volver a confiar…
Nos llaman a la obediencia desde el fraude y nos piden que confiemos… En que?
¿En una ley que deja fuera a los villanos?… ¿Que deja fuera a las princesas?…
¿Que podemos sentir cuando quienes nos dicen que respetemos los pactos los violan a nuestras espaldas?
¿Por que mantenemos en el poder a quienes no aman su pueblo?
Mal asunto… La crisis es una crisis de ley… Una locura donde el legislador no es legislado… Donde el pueblo se debate moribundo bajo la mirada de quienes engordan su hacienda mientras otros se quedan sin casa…
Porque parece ser condición humana corromperse en el poder y aprovechar las coyunturas más allá de la bandera, se hacen necesarios los mecanismos de control al poderoso.
Porque quien ama a su pueblo no lo engaña.
Carlos G. R.